Se calcula que en el mes de Diciembre acuden a Caacupé alrededor de dos millones de peregrinos. A partir del año 1600, época en la que fue fundada Caacupé, los pobladores habían sido convertidos por los misioneros Jesuitas y posteriormente con la aparición de la estatua de la "Virgencita Azul de Caacupé(conocida así popularmente)" en el lago Ypacarai, se ha convertido en una de las Manifestaciones Religiosas y Culturales más importantes del Paraguay.
El Paraguay goza de una plena libertad de cultos y la Constitución vigente consagra la separación de las iglesias y el Estado, aunque reconoce en un artículo el importante aporte de la Iglesia Católica en la historia cultural del país. El 92% de la población profesa la religión católica.
La popularidad de la Virgen de Caacupé en el territorio de la República del Paraguay es la más importante dentro de devocionario católico de la nación guaraní. Por tal motivo, esta imagen de la Virgen María está consagrada como la Patrona y Señora Protectora de la República del Paraguay.
Las características de los pueblos del interior, así como su identidad cultural o folklórica y la continuidad de la tradición española, se manifiestan con la función patronal. La madre de los paraguayos, orar y/o pagar la promesa el 8 de diciembre de cada año, su recordación popular, la que comienza con nueve días de anticipación, durante los cuales se reza el rosario, las campanas de la Iglesia en la hora cero acompañados de las estruendosas explosiones de bombas, cohetes, fuegos artificiales, etc., como anuncio del inicio de la Fiesta Patronal. La vigilia que se corona con la tradicional Serenata a la Virgen: donde hay bailes típicos como "las galoperas", grupos folklóricos, alguno de ellos con arpa paraguaya y con los mariachis finaliza la serenata. Este último grupo musical ingresa al lugar cantando Las mañanitas. Los devotos acompañan este canto, de esta manera especial, saludan y homenajean a la Virgencita Azul. Tambien en algunos lugares se prolonga 7 dias más.
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